Los desórdenes del sueño influyen en todos los ámbitos de la vida, y son muchas las personas que se ven afectadas. El Centro por la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) del Gobierno de los Estados Unidos asegura que los problemas para dormir afectan la salud de 70 millones de norteamericanos y lo catalogan de epidemia.
En este contexto, empresas de colchones, clínicas y también compañías tecnológicas han encontrado en Internet de las Cosas y el Big Data un gran aliado por el sector. Nike, Fitbit o Jawbone son algunos de los ejemplos que han creado ‘gadgets inteligentes’: relojes y pulseras que recogen datos sobre los hábitos de vida y de sueño, como por ejemplo las pasas hechas al andar, el ritmo cardíaco o las horas de reposo, gracias al uso del Big Data.
En cuanto al análisis de datos del sueño, ningún sistema es todavía perfecto (al fin y al cabo, la manera de dormir es casi única para cada persona) pero los patrones de conducta que se han ido descubriendo en el ámbito de usuario y de colectivos, resultan interesantes tanto desde un punto de vista de la salud humana, como de los negocios.
La empresa Jawbone, por ejemplo, ha recogido los datos de un millón de personas que utilizan sus relojes inteligentes en los Estados Unidos y ha analizado los patrones de sueño. Ha descubierto, por ejemplo, que la mayoría de personas analizadas que vivían al campo, descansan más que los usuarios de ciudad. Ninguna de las grandes ciudades norteamericanas analizadas el ciudadano duerme las 7 horas diarias recomendadas.
También ha descubierto que ciudades con mucha vida nocturna como Miami, Atlantic City o Las Vegas se van a dormir más tarde; o que en zonas donde sólo hay universidades, la hora de ir a la cama también es muy entrada la noche. En este caso, pero, hay que suponer que la razón del velatorio son los estudios. Las zonas de los Estados Unidos donde van a dormir más temprano son Maui y Kauai, en Hawai. Se van a dormir alrededor de las diez y media de la noche.
El estudio de Jawbone puede parecer puramente anecdótico, pero demuestra el potencial que tiene el Big Data en el estudio del sueño y sus aplicaciones en los negocios o la salud. Los datos desvelen patrones de vida y consumo, patologías del sueño y sus causas, etc. Emprendidas como Fitbit, líder en la venta de pulseras y relojes por el sueño en los Estados Unidos, ya han sabido sacar provecho. El último año, la compañía facturó 745 millones de dólares.